sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuando las hojas comienzan a caer, nos dejo Antonio Méndez


Antonio Méndez un hombre bueno que nos dejó el 3 de octubre


Regentó el antiguo hotel Reyamar y la cafetería y heladería 'Copo de Oro' de la localidad


"Mi hermano era muy feliz", afirma Paqui Méndez, que aún no puede contener la emoción cuando le recuerda y le tiembla la voz. Paqui recalca que casi nunca estaba triste porque tenía la suerte de estar arropado y rodeado de su familia y sus amigos, "que lo querían de verdad y que en estos momentos también lo están echando mucho de menos". Antonio Méndez era un conocido hostelero de Mazarrón. Regentaba la cafetería-heladería 'Copo de Oro' y también se hizo cargo del antiguo hotel Reyamar. Sin embargo, desde hace cinco años estaba alejado del empleo al que dedicó buena parte de su vida ya que, a consecuencia de una enfermedad, se le diagnosticó una minusvalía por la cual no podía trabajar.Antonio, que falleció el pasado 3 de octubre, tenía 46 años y vivía con su madre. A pesar de estar separado, se llevaba muy bien con su ex mujer. "Ella sabía que estaba ahí para todo", sostiene Paqui. Antonio, como cualquier padre, bebía los vientos por sus hijos, a los que veía todos los días. "Se adoraban. Siempre estaba con ellos para todo". Para demostrarlo, su hermana cita el texto que su sobrina le dio a su padre en junio con motivo de su santo y que decía: "Papá, siempre estoy tranquila porque cuando me río y lloro, para lo bueno y para lo malo, siempre estás ahí a mi lado y me consuelas". Paqui afirma que una de las cosas que ha aprendido de él ha sido "la ilusión que ha tenido siempre en esta vida; nunca la perdía aunque hubiera problemas, y eso es muy difícil". Dedicaba su tiempo libre a lo que más le gustaba, que era estar con su familia, sus amigos, y también le encantaban la pesca y el campo. Antonio tuvo muchos y buenos amigos. "La gente que lo conocía lo apreciaba porque era una persona sociable, sobre todo bondadosa, porque nunca tenía un no para nadie y se llevaba muy bien con todo el mundo". "Pertenecemos a una familia muy unida que nos ayudamos en todo, y por todo esto lo vamos a echar mucho de menos cada día que pase". Paqui y sus familiares no olvidarán "todas sus bromas, sus risas, su cariño y su apoyo". "Por su bondad y por cómo ha sido en vida todos lo queríamos, por eso para nosotros nunca morirá", sentencia.

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