jueves, 22 de octubre de 2009

La catedratica de Arqueologia Ana María Muñoz Amilibía se queja de que la administración de dedica presupuesto para Arqueología




Ana María Muñoz Amilibía, ex catedrática de la UMU asegura que desde la Comunidad «nunca se ha incentivado mucho la investigación»

Lo expresa la que fuera catedrática de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Murcia, Ana María Muñoz Amilibía: «Que no me digan que no hay dinero. Lo que no hay es una idea cabal de lo que puede ser más interesante. A un equipo la Universidad de Barcelona, que lleva varios meses trabajando en La Bastida, en Totana, le acaban de dar novecientos mil euros para que pueda seguir. Y en cambio, esa profesora de la Universidad de Murcia, que estudia la colonia fenicia, en La Loma de los Gavilanes, en Mazarrón, tiene que pagar de su bolsillo todo lo que hace».
En su vuelta a Murcia, para dar una conferencia sobre el que se considera su gran descubrimiento -el cipo funerario hallado en Coimbra del Barranco Ancho, de Jumilla, que se conserva en el Museo de Jumilla- recuerda a su compañeros catedráticos, pero también a quienes fueron sus alumnos.
«El cipo funerario, decorado con jinetes, fue, sin duda, la pieza más significativa que encontré durante mi estancia en Murcia. Si uno busca, aparte de reconstruir historia, también puede alcanzar algún pequeño premio, pero también algún disgusto. Es que había un periodista que quería ver la pieza y fotografiarla, pese a que no podíamos exponerla al sol en el momento de su hallazgo. Se enfadó muchísimo y me trató muy mal».
Añade que otras piezas sensacionales no encontró, pero del Cabezo del Plomo, en Mazarrón, aunque sea más pobre aparentemente, el Ayuntamiento hizo algo «que podríamos definir como la puesta en valor, algo fundamental, como es que el público lo visite, lo interprete y sepa que a través de la arqueología se está reconstruyendo la historia. El arqueólogo no es simplemente un erudito, es un historiador que utiliza una metodología y que, en vez de textos escritos, que también ayudan, lo que quiere hacer es reconstruir la historia y mostrar sus conocimientos».
Enseñar respeto
Para la doctora Muñoz Amilibía la arqueología tiene unos métodos «que no consisten solo en excavar. Esto lo hacen los clandestinos, que abunda mucho. Por eso, una de los metas que me propuse al llegar a Murcia fue controlar a esta gente. Los sábados y domingos yo iba con mi madre a visitar los yacimientos, con la intención de controlar a esos excavadores clandestinos». Y junto a esto, también se impuso la metodología de imponer en la poblaciones importantes un museo, como el mejor sistema de que los habitantes de esos pueblos aprendieran a respetar lo que existía en sus yacimientos y que los demás también lo respetaran».
Recuerda aquellos años -cuando la existencia de la Diputación Provincial-, como una época en la que se prodigaba mucho la atención cultural y social. «Fue el mejor método de abrir ciertos museos y de colocar a uno directores que, aunque ganasen poco, se tomaban mucho interés por lo que sabían que podían existir en sus pueblos. Por eso era muy importante que estas personas desempeñasen sus funciones en su propio pueblo, porque así desaparecía la desconfianza y son ellas quienes puede explicar la importancia de los posibles hallazgos. Creo que esto es una gran labor social».
También considera que existe un serio problema, «porque, no se si debiera decirlo, la Comunidad Autónoma nunca ha favorecido mucho a la Universidad, en lo que se refiere a ayuda económicas para investigación. Hoy la Arqueología exige muchas cuestiones técnicas, científicas, de análisis, de sondeos».
No se siente minusvalorada, por no hacer descubierto, es un decir, el busto de Nefertiti. «Yo nunca he tenido aspiraciones de hacer un gran descubrimiento. A mí me satisface poder interpretar lo que encuentro, algo que no es fácil».

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