Las Asociaciones de Profesionales piden que no se privaticen los servicios en los neuvos hospitales de Águilas y Mazarrón
Asociaciones, sindicatos y colectivos sanitarios se preparan para plantar batalla a «los planes de privatización» que a su juicio pretende desarrollar la Consejería de Sanidad. La Asociación en Defensa de la Sanidad Pública en la Región (ADSP) lidera esta ofensiva, que se empezará a concretar en la asamblea anual que la organización celebra esta tarde en la sede del Colegio de Médicos. Los planes de la ADSP pasan por lanzar un manifiesto con la esperanza de que se adhieran trabajadores del sector, sindicatos, partidos políticos y ciudadanos. El documento se opondrá rotundamente a la posible gestión privada de los futuros hospitales de Águilas y Mazarrón. La Consejería de Sanidad va a encargar a una consultora un estudio sobre el modelo a implantar en estos dos centros, y admite abiertamente que la privatización de su gestión es una de las posibles opciones. «La Comunidad pretende seguir el camino de Madrid y Valencia, que han fracasado claramente», denuncia Juan Antonio Sánchez, presidente de la ADSP.
Sanidad podría seguir el modelo del Hospital de Alzira, donde una empresa privada controla por completo el centro, incluida la contratación de los sanitarios, o podría optar por limitar la privatización a la gestión del edificio y de los servicios no sanitarios.
El debate en torno al futuro de la sanidad regional estará muy presente este año. En los últimos tiempo se han reavivado los movimientos en defensa del sistema público en la Región, que permanecían inactivos y casi muertos. Así, la ADSP, que nació en los años 80, ha languidecido durante las últimas dos décadas, sin actividad y casi sin socios. Sin embargo, ahora está reactivándose, tal y como ocurrió en Madrid y Valencia cuando sus respectivas administraciones implantaron modelos de gestión privada.
La asamblea anual que la organización celebra esta tarde pretende servir de impulso al movimiento en defensa de la sanidad pública, en torno al que se han situado ya sindicatos como UGT y Comisiones Obreras, muy críticos con los planes de la Consejería para los hospitales de Águilas y Mazarrón. Previsiblemente, la campaña tendrá también el apoyo de los partidos de la oposición y de asociaciones ciudadanas y vecinales.
Cartagena y Mar Menor
A la ADSP también le preocupan los nuevos hospitales de Cartagena y Mar Menor, que serán gestionados por una empresa pública, Giscarmsa, que se encargará tanto del mantenimiento del edificio como de la subcontratación a sociedades privadas de los servicios no sanitarios, como restauración, limpieza, lavandería, etc. «Muchos de estos servicios ya están subcontratados en el resto de hospitales, pero aquí se va a ir más allá, porque incluso los celadores estarán en manos privadas», advierte Juan Antonio Sánchez.
Para la Consejería, sin embargo, nada de esto supone una privatización. Sanidad recuerda que Giscarmsa es una empresa pública y, en el caso de Águilas y Mazarrón, defiende que una posible gestión privada no afectará a la asistencia, que seguiría siendo pública.
Sanidad podría seguir el modelo del Hospital de Alzira, donde una empresa privada controla por completo el centro, incluida la contratación de los sanitarios, o podría optar por limitar la privatización a la gestión del edificio y de los servicios no sanitarios.
El debate en torno al futuro de la sanidad regional estará muy presente este año. En los últimos tiempo se han reavivado los movimientos en defensa del sistema público en la Región, que permanecían inactivos y casi muertos. Así, la ADSP, que nació en los años 80, ha languidecido durante las últimas dos décadas, sin actividad y casi sin socios. Sin embargo, ahora está reactivándose, tal y como ocurrió en Madrid y Valencia cuando sus respectivas administraciones implantaron modelos de gestión privada.
La asamblea anual que la organización celebra esta tarde pretende servir de impulso al movimiento en defensa de la sanidad pública, en torno al que se han situado ya sindicatos como UGT y Comisiones Obreras, muy críticos con los planes de la Consejería para los hospitales de Águilas y Mazarrón. Previsiblemente, la campaña tendrá también el apoyo de los partidos de la oposición y de asociaciones ciudadanas y vecinales.
Cartagena y Mar Menor
A la ADSP también le preocupan los nuevos hospitales de Cartagena y Mar Menor, que serán gestionados por una empresa pública, Giscarmsa, que se encargará tanto del mantenimiento del edificio como de la subcontratación a sociedades privadas de los servicios no sanitarios, como restauración, limpieza, lavandería, etc. «Muchos de estos servicios ya están subcontratados en el resto de hospitales, pero aquí se va a ir más allá, porque incluso los celadores estarán en manos privadas», advierte Juan Antonio Sánchez.
Para la Consejería, sin embargo, nada de esto supone una privatización. Sanidad recuerda que Giscarmsa es una empresa pública y, en el caso de Águilas y Mazarrón, defiende que una posible gestión privada no afectará a la asistencia, que seguiría siendo pública.
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